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Yanina Welp: … un déficit democrático en un sistema en el que sólo unos pocos toman decisiones que a menudo no cuentan con el aval de la mayoría …
— Yanina Welp (Directora Regional para Latinoamérica del Centro de investigaciones sobre Democracia Directa de la Universidad de Zúrich) entrevistada por José Parra Moyano y Luis Vélez Serrano de PuntoLatino —
ESPAÑA
— ¿Qué opinión le merece a Ud. la sociedad española, especialmente los jóvenes? ¿Ve alguna fortaleza en ella o representan a una generación desmotivada y educada en un sistema en el que no se ha fomentado el esfuerzo?
La sociedad española es compleja. No sería justo ni razonable ponerle una etiqueta. En cualquier caso, los hechos recientes demuestran que al menos un sector de esta sociedad busca un cambio y nuevos horizontes. Creo importante señalar que el origen del 15M remite tanto a un problema global (el capitalismo neoliberal que amplia las desigualdades e hipoteca el futuro de millones de personas) como a un problema de la Unión Europea, manifestado también en la dinámica política de los países miembros (un déficit democrático en un sistema en el que sólo unos pocos toman decisiones que a menudo no cuentan con el aval de la mayoría).
— ¿Qué papel le parece a Ud. que puede jugar la sociedad española y España en el conjunto de Europa? ¿Existe en su opinión la posibilidad de un nuevo «milagro español» o con la herencia educativa que tiene España no hay cabida para jugar un papel importante en Europa?
A principios de 2000, distintas ciudades europeas vivieron intensas movilizaciones contra la guerra de Irak que crearon las bases para una acción a nivel europeo e incluso hubo acciones que trascendieron este marco, como los movimientos por la justicia global. Por el contrario, en los últimos años las movilizaciones han tenido un marcado carácter nacional pese a estar fundamentadas en una crisis global (la crisis económica). Amplios sectores de la sociedad griega viven en estado de movilización casi permanente, anteriormente hubo intensas protestas en Francia, ahora esto llega a España y Portugal. De alguna manera -y puede que no sea casual la poca atención que los medios masivos prestan al caso- es Islandia el país que ha abierto una brecha e iniciado un camino alternativo. Allí los ciudadanos han tomado el poder para revertir decisiones estructurales con las que no acordaban (el salvataje de los bancos) y han impulsado un proceso de reforma constitucional. El papel que juegue la sociedad civil española en Europa dependerá de la evolución del movimiento, de la ampliación de sus consignas y de su capacidad para formar redes con movimientos de otros países. Esto es, de la capacidad del movimiento para globalizar o al menos extender a Europa sus reclamos y también de su capacidad de generar propuestas viables.
— ¿Cómo ve Ud. la entrada en el parlamento de un partido como Bildu?
Bildu entra al parlamento porque en las urnas consigue el respaldo ciudadano, tal como consigna la ley electoral. La demonización de los reclamos independentistas no ayuda a fortalecer la democracia. El objetivo de terminar con la violencia debe asumir que existe un reclamo (opino que de peso pero no mayoritario) que debe ser reconocido en el marco institucional. Si la justicia no pone obstáculos a la existencia del partido, el partido está legitimado para presentarse a elecciones; y si recibe el aval de los ciudadanos, la presencia de Bildu simplemente hace que las instituciones sean «más representativas» que antes y trasladen el conflicto a la arena política.
«El 15M está sentando unas bases para un cambio, pero hay mucho camino por recorrer»
— Los «indignados», especialmente los jóvenes (paro juvenil 43%), no se sienten representados por los partidos políticos ni escuchados por las instituciones democráticas. ¿Cuál es tu lectura del movimiento 15-M en España?
Estas movilizaciones sorprendieron mucho por ser inesperadas, pero de alguna manera sorprendía también tanto silencio, apatía o indiferencia en un país con cuatro millones de desempleados. En cuanto a los partidos, no es una particularidad española ya que lo mismo ocurre en muchos otros países. El férreo control político partidario de la toma de decisiones ha ido alejando a las burocracias del partido de sus bases. De todas maneras, pese a estas movilizaciones hay que recordar que en las elecciones municipales del 22 de mayo (una semana después de iniciado el 15M) la participación electoral fue levemente superior a la registrada en la última elección y el Partido Popular (derecha) ganó por considerable mayoría prácticamente en toda España. El 15M está sentando unas bases para un cambio, pero hay mucho camino por recorrer.
— David Rueda (profesor de Oxford que estuvo hoy en la ETH en un simposio de la serie «Herausforderungen für die Demokratie im 21. Jahrhundert») declaraba hace un año en España: […] «hacen pagar el precio de la crisis a aquellos que menos responsabilidad tienen en haberla causado». […] ¿Cuáles serían para ti los principales desafíos para la democracia del s. XXI?
La respuesta es fácil, lo complicado es llevarlo a cabo. El desafío del siglo XXI es terminar con la especulación descontrolada, descolonizar la política (dominada por oscuros intereses económicos) y democratizar los espacios de toma de decisiones que conciernen a la res pública.
— ¿En qué medida se puede decir que el 15-M es «anti-sistema» o «marginal»? El 15-M desde sus inicios, preconizó la regeneración el sistema democrático, no su destrucción. ¿Cuál tu opinión?
Uno de los lemas del 15M vale como respuesta: «no somos antisistema, el sistema es antinosotros». Creo que las credenciales democráticas de la inmensa mayoría de quienes se han sumado a la protesta están fuera de discusión. Cualquier manipulación mediática en torno a eventos aislados (y condenados claramente por los manifestantes) no es más que eso, manipulación. Por el contrario, no deja de sorprenderme la violenta intervención policial en Barcelona.
— El espíritu inicial y esencial del 15-M fue el de un movimiento ciudadano y apartidista. Ahora izquierdas y derechas tratan de recuperar para sí al movimiento, pero sin éxito, se ha visto hoy en el 19-J. ¿Es que se trata de la clase política versus sociedad civil?
De alguna manera sí. El partido popular, gobernante en Madrid, reclamó al Ministerio del interior (gobierno nacional, del PSOE) que obligue a los ocupantes de Sol a retirarse (finalmente decidieron levantar la acampada en asamblea); en Barcelona fueron varios los incidentes registrados hasta el momento. La derecha se ha distanciado del movimiento (PP, CiU en Cataluña); la izquierda ha pretendido acercarse sin éxito (Izquierda Unida). Todo parece insinuar que los movilizados rechazan de lleno a la clase política. Pese a a legitimidad de la actitud, supone a la vez un reto: ¿cómo impulsar los cambios siguiendo las reglas del juego democrático? O, en otras palabras, ¿cómo transformar un rechazo visceral en una acción positiva que genere un cambio? Actualmente se ha iniciado una campaña para convocar un referéndum (informal y en consecuencia consultivo) que podría ser el embrión de una respuesta.
— El 15-M reclama una democracia en la que cada ciudadano participe verdaderamente. ¿Qué mecanismos de «democracia directa» serían posibles sugerir al 15-M, a la sociedad española?
Cómo decía antes, ya hay un proceso en marcha. http://referendum15deoctubre.org
Los mecanismos de democracia directa que podrían dar respuesta a la ciudadanía española, creo, son el referéndum abrogativo (que permite evitar que una ley sea aprobada o derogarla, según el diseño institucional) y las iniciativas legislativa y constitucional, que permiten a la ciudadanía presentar y votar propuestas de leyes y reformas constitucionales sin intervención del parlamento ni posibilidad de que sean vetadas por el gobierno.
— Se habla en España con interés de la «democracia a la suiza» (conceptos, experiencias, intercambios de democracia directa, de democracia participativa). ¿En qué medida eso es factible?
La ampliación de la democracia -mecanismos de democracia directa u otros mecanismos participativos- es factible en la medida en que la ciudadanía consiga el poder suficiente para promover una reforma constitucional que los incluya. Está claro que los políticos no cederán espacios de poder a menos que se vean obligados a hacerlo. La historia de la democracia directa suiza fortalece este argumento.
— y la tecnología ¿cómo puede servir a la democracia directa? (¿e-gobierno, voto electrónico, democracia digital?) …
Al menos dos aspectos, estrechamente relacionados, son claves. La firma electrónica utilizada para impulsar referendos o iniciativas ciudadanas aceleraría el proceso de recolección y también el de validación de firmas. A su vez, si una de las críticas que se hace al sistema suizo es que la activación de la democracia directa requiere de recursos económicos y humanos para movilizar a la ciudadanía (lo que podría favorecer a lobbyes), el coste de la movilización a través de los nuevos medios digitales se reduce enormemente y pasa a depender en buena medida de la creatividad de los actores involucrados.
Muchísimas gracias Yanina
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José Parra Moyano, estudiante de economía de la Universidad de Zúrich y redactor de PuntoLatino. Escribe sobre economía, literatura, cine, arte y cultura en general. Le interesa también escribir sobre temas suizos .José es miembro del comité de la Junta Joven de la Cámara de Comercio Latinoamericana en Suiza y presidente de la Asociación Latina de estudiantes de la UZH/ETH. José Parra-Moyano es responsable de la rúbrica UNIVERSIDADES, es coordinador del grupo ZH y forma parte del grupo ECONOMIA de PuntoLatino.
Luis Vélez Serrano, es Licenciado en filosofía y letras por las Universidades de Friburgo y Neuchâtel. Tiene un Diploma FH (Maestría) en Ciencias de la Información por la Hochschule für Technik und Wirtschaft de Chur. Ha cursado estudios de Filologia auspiciados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid. Fue asistente diplomado de Linguística francesa en la Universidad de Friburgo y director de la colección interdisciplinaria de Editions Universitaires de Fribourg. Actualmente es coordinador de PuntoLatino.