Indígenas auténticos de Bolivia exigen respeto a su territorio. El parque nacional Isoboro-Securé está amenazado por la construcción de una carretera que partiría en dos la reserva nacional y territorio protegido

— TIPNIS es acrónimo de Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure. Esta reserva indígena es la más importante de Bolivia y fue declarada Parque Nacional el 22.11.65 y declarada Territorio Indígena el 24.09.90, y comprende un superficio de 12.363 km2. Se encuentra casi en el corazón de Bolivia, entre los departamentos de Cochabamba y Beni. Según el jurista Ricardo Saucedo «el estatus jurídico del Tipnis es el mayor blindaje que el Estado boliviano puede otorgarle a un territorio. Primero es un área protegida, con lo que el Estado ha definido su uso para la conservación. Segundo, el nivel de rigurosidad que se definió para dicha área es el mayor que contempla el Estado: es un parque nacional.

— En este territorio viven desde hace muchos años, desde siempre, tribus indígenas dedicadas a labores agrícolas.

— El gobierno de Evo Morales tiene un plan de construir una carretera que parte en dos el parque nacional y territorio indígena. Según la mayor parte de analistas la carretera beneficiaría a los indígenas productores de hojas de coca del trópico cochabambino (llamados por el gobierno, al que le encanta inventar nuevos denominativos, «campesinos originarios multiculturales») que tendrían, gracias a la carretera, nuevas posibilidades de negocios.

— Frente a esta situación los auténticos indígenas de las regiones del Tipnis han organizado una marcha en defensa de su territorio, de su habitat. La marcha indígena comenzó el 15 de agosto desde Trinidad en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Securé (TIPNIS). Los originarios se oponen a que el segundo tramo de la carretera entre Villa Tunari y San Ignacio de Moxos atraviese esa reserva natural.

— La marcha fue interceptada y reprimida por el gobierno en El Naranjal. Casi 300 indígenas fueron apresados y llevados a San Borja, luego en Rurrenabaque debían embarcarse en avión sin destino conocido pero los habitantes de esa población lograron liberar a los indígenas y hacerse cargo de ellos.

— Organizaciones Internacionales y nacionales, como Amnesty Internacional han pedido una investigación del excesivo uso de la fuerza por el gobierno de Bolivia. En todo el mundo han circulado fotografías y videos de hombres y mujeres maniatados, golpeados, ensangrentados. Se ha denunciado la desaparición de más de 30 personas, entre éstas, de varios niños. Asimismo se ha denunciado la indisposición de los niños a causa de los gases.

— La Ministra de Defensa del gobierno boliviano ha renunciado por no estar de acuerdo con la violenta intervención policial. Muchos ex aliados de Evo Morales militan ahora al lado de los indígenas y denuncian la represión: Gustavo Pedraza ex viceministro, el sociólogo y ex jesuíta Javier Albó, el ex viceministro y ex jesuita Rafael Puente, los hermanos Antonio y Osvaldo Peredo, fundadores del MAS (partido de gobierno). El Defensor del pueblo, afin al gobierno, se ha declarado contrario a la intervención policial y calificó de insostenible la posición oficial sobre los hechos de violencia.

— Como muchos, pienso que el problema del Tipnis es ahora un problema nacional. Creo que el ministro de gobierno, ex militante pro derechos humanos y ahora responsable de una masacre, debe renunciar y presentarse a la justicia para una investigación. El presidente Morales debe explicar públicamente su posición a las diferentes instituciones, que reclaman su dimisión.

— En resumen, Morales con esta última actitud que vulnera de los derechos humanos y las libertades fundamentales, no tiene nada que envidiar a las pasadas dictaduras. Morales es responsable de una cruel y injustificada utilización de la fuerza solamente para imponer su voluntad. Morales, cada vez más, va por la via autoritaria de espaldas a la democracia.

— Según el abogado y exprefecto de Samta Cruz, Carlos Molina, la voz «Tipnis» llega a 1,6 millones de ocurrencias en el buscador Google y la página de aavaz recolectó más de 150.000 firmas en apoyo a los marchistas indígenas. La fundación Kempf Mercado, de la que soy miembro tiene ya 1247 miembros.